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Cuarta lamentaciónc

א Álef

¡Cómo se ha empañado el oro! ¡Cómo se ha alterado el buen oro!

Las piedras del santuario están esparcidas por los cruces de todas las calles.

ב Bet

Los apreciados hijos de Sion, que eran estimados en oro fino,
¡cómo son tenidos ahora como vasijas
de barro, obra de manos de alfarero[a]!

ג Guímel

Hasta los chacales dan la teta
y amamantan a sus cachorros, pero la hija de mi pueblo se ha vuelto cruel, como los avestruces del desierto.

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Footnotes

  1. Lamentaciones 4:2 Según LXX; heb., debajo de los cielos del SEÑOR.